Pues tú...
No se si será porque necesitamos desahogarnos, porque queremos sentirnos superiores o porque, en definitiva, nos aburrimos, pero el caso es que somos muy dados a insultar. Poco importa que la persona a la que "ofendes" sea tu amigo o no, el caso es soltarle la palabrita mágica y esperar a ver cómo reacciona.
Hombre, luego también depende del insulto. Por ejemplo, entre amigos esta muy de moda decirse aquello de cabrón, subnormal, gilipollas, hijo de puta... y demás tacos que se os puedan ocurrir. Se dicen de coña y se sobreentiende que no te lo vas a tomar a mal, es tu amigo y jamás te diría algo con ánimo de ofenderte.
Todo después hay que verlo según en que contexto te lo ha dicho, es decir, no es lo mismo que te lo diga sin que no hayas hecho nada para molestarte que al revés, en ese caso el ofendido es el que insulta. Aquí es donde entra lo que al principio he dicho de quedar por encima, si un colega tuyo te insulta muchas personas tienen las pocas luces como para insultarle también y así no quedar como el perdedor, no quedar por debajo.
La verdad es que no se qué ganaremos cuando insultamos a alguien, por muy de coña que sea no entiendo la razón por la que se hace, pero diré que yo soy el primero que lo hago. Total, siempre se pueden solucionar las cosas a hostias, no? Quizá es por eso por lo que preferimos las palabrotas, perro ladrador poco mordedor se suele decir... y mejor evitarse un mordisco.
De todas formas, y como dice Siniestro Total, así empiezan las peleas.
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