Sol bemol

Esta claro que todos podemos tener un mal día. Así es la vida, tienes malos días como también buenos hasta formarse una especie de equilibrio en donde siempre la balanza estará igualada. Nosotros nos solemos quejar cuando estamos pasando uno de los malos momentos, son los que realmente nos fastidian y nos pueden arruinar un día precioso de sol y cielo azul turquesa. En cambio, cuando estamos pasando un buen momento, nos callamos y sólo nos centramos en disfrutarlo lo máximo posible antes de que se escape y la balanza se vuelva a igualar. Por esta misma razón decimos aquello de que los momentos buenos duran muy poco cuando es así por la simple razón de que continuamente estamos pensando en el final de este momento, en el momento en el que se acabará y volveremos a estar jodidos.

El doctor Viktor Frankl, psiquiatra y escritor (literatura ética, por supuesto), solía preguntar a sus pacientes aquejados de múltiples padecimientos Por qué no se suicida usted?. Y, muchas veces, de las respuestas extraía una orientación para la psicoterapia a aplicar... a éste, lo que le ata a la vida son los hijos... al otro, un talento, una habilidad aun sin explotar... a un tercero, quizá, sólo unos cuantos recuerdos que merece la pena rescatar del olvido. Este artista escribió un libro llamado El hombre en busca de sentido, sinceramente os lo recomiendo enormemente.

Respecto a las ideas de Viktor, solamente tendría que añadir que una persona no puede estar viviendo continuamente mientras piensa en lo que puede pasar dentro de unos días con sus objetivos, es decir, en mi opinión tiene que centrarse en que sus objetivos de hoy sean cumplidos y así hacer plausible conseguir los de un medio o largo plazo sucesivamente. Pensar en que mañana es probable que sus objetivos hayan sido modificados o dados la vuelta totalmente, cada día es diferente y nuestros ojos no pasan desaprecibidos a ello.

Por último, deciros que algo malo no tiene por qué ser malo, es posible que sea algo necesario para que luego ocurra algo bueno y lo valoremos más aun de lo que se merece. Y recordad, mañana saldrá de nuevo el sol aunque este cubierto de nubes, a veces formadas por nosotros mismos.